Normalmente se habla de la importancia del packaging para conseguir una primera compra gracias a un buen diseño que pueda sorprender. Sin embargo, también hay que tener en cuenta la repetición de compra que existe gracias a ello.
La satisfacción de un cliente en una compra tiene un valor incalculable. Sin embargo, cada compra es un mundo y debemos adaptarnos a ello. Tenemos que ver que funcionó ayer, para tener un buen producto hoy y otro mejor mañana. No sirve centrar los esfuerzos y recursos en un único diseño de packaging que sirva para todo el catálogo de productos y para un tiempo indefinido. Si conseguimos que el packaging se vuelva en una campaña constante que realizar y no únicamente una puntual, conseguiremos un ratio de fidelización muy alto.
De hecho, si lo analizamos con más detalle, con un cambio en el diseño y/o formato del envase sin la necesidad de cambiar nada del producto propio, ya estamos incentivando a una segunda compra. Como ya se ha dicho más de una vez, es más barato mantener a un cliente que crear uno de nuevo. Aprovechémoslo.